Cómo hacer fracasar un Grupo de Mastermind

Como todo grupo de personas, un Grupo de Mastermind puede ser un entorno fantástico para mejorar. Pero también puede degenerar en un ambiente sin finalidad clara y que no aporta a nadie

Hay historias inspiradoras de gente a las que su Grupo de Mastermind les ha cambiado sus vidas. Profesional y personalmente.

Desafortunadamente, también se dan historias terroríficas: desde Grupos de Mastermind que socavaron la confianza de uno de los miembros, a otros muchos que simplemente se convierten en una pérdida de tiempo.

Si estás en un Grupo de Mastermind, o diriges uno, presta atención a las siguientes señales que pueden indicar que la cosa va cuesta abajo.

Se convierte en una tertulia

¿Tu conversación del Grupo de Mastermind se ha convertido en una reunión de cháchara social?

Cuando uno o más miembros empiezan a hablar de temas irrelevantes, todos pierden el enfoque y la calidad y el valor del Grupo de Mastermind se degrada. Si los miembros quieren una charla de café, déjalos que se reúnan en su tiempo libre tras la reunión o en otro momento que les vaya bien.

Se sale del tema

Recuerde que los miembros se unen a su Grupo de Mastermind porque tienen objetivos y quieren centrarse en retos específicos.

Si se ha escogido un tema para la sesión o bien se va a tratar un tema específico que preocupa a uno de los miembros hay que verificar que la conversación se centre en obtener respuestas relacionadas con ese tema específico. Si la conversación divaga todos sentirán que están desperdiciando su tiempo. Preste atención a la evolución de la conversación y, cuando detecte que está perdiendo el enfoque, hágalo ver rápidamente para que se regrese al tema principal de la reunión.

Puede que en algún caso el tema original dé pié a otras ideas tanto o más interesantes que la inicial. Pero aún así verifique con los que han propuesto el tema que están de acuerdo en abandonar el tema principal en favor del nuevo o si, sencillamente, debería posponerse para una próxima reunión.

Hay miembros que dan y no reciben a cambio

El objetivo de un Grupo de Mastermind es compartir: dar y recibir. Debe ser un flujo bidireccional. Si algunos miembros sienten que siempre están aportando a los demás pero sus temas o preocupaciones no son casi nunca tratadas por el grupo pronto perderán la confianza en el grupo.

Con frecuencia esto se debe a que hay personas con distintos niveles de experiencia y los más expertos pueden resolver muchas dudas de los que lo son menos, pero por su parte el grupo les aporta pocas soluciones a ellos.

Como facilitador, debes estar vigilando el sentimiento de cada uno de los miembros, asegurándote de que todos están obteniendo valor del grupo. Cuida cualquier desequilibrio antes de que se convierta en un problema. De lo contrario, te arriesgas a perder a los miembros más valiosos.

Se convierte en un festival de quejas

Una de las mayores ventajas de unirse a un Grupo de Mastermind es sentirse positivo y lleno de energía después de las reuniones. ¿Pero qué pasa cuando la reunión resulta ser un encuentro para quejarse de injusticias y una competición para ver quién sufre mayores miserias? Al final de la reunión, los miembros se sentirán agotados y deprimidos.

¿Quién quiere pasar toda una reunión construyendo una lista de frustraciones y sin encontrar soluciones? Tu Grupo de Mastermind es un lugar seguro para desahogarse y compartir problemas, pero hay que saber cortarlo adecuadamente y pasar a la parte creativa de la conversación debe ser, «¿Y qué puedes hacer para arreglar eso y seguir adelante?»

Hay miembros que no participan

Los miembros no pueden esperar unirse a un Grupo de Mastermind y luego aparecer cuando les vaya bien. Tienen que comprometerse a participar activamente y puntualmente en las conversaciones. No puede haber espectadores ocasionales sentados al margen de una reunión de un Grupo de Mastermind.

Como facilitador hay que exigir un nivel de compromiso y participación para pertenecer al Grupo de Mastermind y si esto no se cumple tener un mecanismo preestablecido para darle solución.

El facilitador tiene su propia agenda – y no están sirviendo al grupo

Tener una agenda personal tiene todo que ver con el ego, y el ego tiene dos objetivos muy específicos en mente: estar bien y verse bien.

Como Facilitador, debes recordar que la reunión del grupo no es un escaparate para ti. (Por eso te llaman «facilitador» y no «líder» del grupo). No se trata de ti y de lo inteligente que eres, de los temas que quieres cubrir, o de la dirección que quieres tomar en la conversación.

Se trata de los miembros y de cómo se ayudan mutuamente a encontrar las soluciones que buscan. El enfoque está totalmente en ellos.

Ten en cuenta que un Grupo de Mastermind no es una clase ni una consultoría de grupo, sino un programa de aprendizaje y una experiencia de intercambio entre pares. El facilitador puede compartir tu experiencia con el grupo, pero siempre lo hará después de que todos hayan compartido para evitar condicionar al resto de participantes y evitar convertirse en la estrella de la reunión. Si eres el Facilitador, deja tu capa de ego en la puerta y disfruta siendo parte de la experiencia creativa (y mucho más productiva) de muchas mentes trabajando en armonía juntas.

Dicho esto, tener una agenda de Grupo de Mastermind para cada reunión es crucial. Pero es la agenda de los miembros de los temas que quieren explorar y hacer una lluvia de ideas, no la tuya.

Los miembros vienen a las reuniones sin estar preparados

Si los miembros quieren una ayuda valiosa de los otros miembros, tienen que explicar su situación claramente y hacer las preguntas correctas. Se necesita tiempo y preparación para formularlas.

Cuando los miembros se presentan sin temas claros con los que quieren ayuda, será muy difícil para el grupo proporcionar la asistencia adecuada. Improvisar su preámbulo de Hot Seat sobre la marcha conduce a discusiones superficiales y confusas de Hot Seat y a una mala toma de decisiones. No se fijarán ni se cumplirán los objetivos adecuados, y la responsabilidad se va por la ventana. Las cosas no se harán y esto lleva a la decepción y la frustración de todos.

El facilitador no hace nada sobre estos problemas

La parte más difícil de ser un facilitador de un Grupo de Mastermind es que tienes que prestar una intensa atención a cada detalle de tu grupo, tanto durante las reuniones como entre ellas.

¿Eres consciente de si alguna de las situaciones anteriores están ocurriendo en tu grupo?

Incluso si no eres consciente, tus miembros sí lo son, y se quejarán o se irán si no están contentos.

Cómo crear un Grupo de Mastermind saludable

Hay que prestar atención contínua a estos puntos problemáticos, preguntar a los miembros cómo se sienten sobre el proceso del grupo y tratar los problemas lo antes posible.

No esperes a que los problemas desaparezcan por sí solos. Funciona al revés. Si no se tratan se empeoran.

Si estás en un Grupo de Mastermind que va cuesta abajo, habla con la persona que lo dirige y hazle saber que no funciona para ti. Con suerte, estará dispuestos a hacer algunos cambios. Si no, quizá sea hora de empezar a buscar otro Grupo de Mastermind mejor.